
Por Marcelo Arroyo Lagos
Periodista titulado Universidad de Concepción
Asesor en Comunicacional Organizacional, posgraduado de la U. del Desarrollo
Docente I.P.Virginio Gómez ChillánCandidato a Magíster en Ciencias Sociales mención Comunicación, Universidad Arcis.
8:49 de la mañana…El semáforo de Argentina con Collín volvió a quedar en rojo y una estela de autos, micros, bicicletas, motos y rostros malhumorados aguardan el cambio de luz. En esos 30 segundos imagino a Chillán con avenidas expeditas, calles limpias y áreas verdes, nada comparada con la imagen que proyecta cada día esta centenaria urbe.
Parece que la costumbre nos hizo perder esa capacidad de crítica ciudadana, no para despotricar en contra de las autoridades edilicias, sino más bien para dar sugerencias como vecino chillanense.
Aún quedan 25 segundos y me acuerdo del esperado Plan Regulador ¿Solucionará todo lo que hoy es criticable? Pienso que no… ni como Plan ni como “plano”… basta analizar lo que sucede en Las Condes o La Reina.
A los 20 segundos imagino una ciudad que crece más hacia las alturas que para los costados y me acuerdo de Jaime Ravinet, quien logró que Santiago Centro sea un ejemplo digno de imitar: barrios históricos recuperados, zonas comerciales delimitadas, comercio ambulante controlado (sí, excepto por las noches en los alrededores de la Plaza de Armas), calles limpias, y RENOVACIÓN URBANA con cuidado del medio ambiente y subsidio estatal para departamentos de cuatro a veinte pisos.
Faltan 15 segundos y recuerdo que es posible hacerlo. Valparaíso, Antofagasta, Iquique, Concepción y Puerto Montt han adaptado esa idea a su modo, independiente de quién es el alcalde (hombre o mujer, concertacionista o aliancista, joven o viejo).
Si en menos de diez segundos puedo pensarlo, uniendo y sumando los cinco segundos que quedan entre los 160 mil habitantes de Chillán, creo que podemos tener una ciudad moderna, acogedora, limpia y muy buena para vivir antes del Bicentenario.
El semáforo de tres tiempos ha dado verde y todos aceleramos para lograr nuestro objetivo de llegar “a la hora”… Nadie se quiere quedar atrás… y espero que Chillán tampoco.
4 comentarios:
Aún estamos a tiempo de soñar una ciudad. Hemos avanzado lentamente ahora. Se visualiza un cambio positivo en la generación ejecutiva, más intensa y profesional, con ganas de hacer cosas e innovar. Cada vez son menos los rígidos y escleróticos elementos que nos han llevado al letargo urbano.
Bueno post.
FELICIDADES!!!
Entonces... unámonos...
ja...si y que te parece el centro...5 de abril.
Chillan necesita un cambio completo en todo sentido y mucho esfuerzo, soy chillaneja pero vivo en otra ciudad por lo que puedo mirar desde afuera, existe mucha flojera, comodidad, fomedad y un real aporte de la autoridad. Chillan hace muchos años esta estancada y no porque llegan grandes cadenas de tiendas significa que estamos creciendo, el crecimiento tiene que ser en cultura, sociedad y muchos otros temas...
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